Los peligros de los traductores automáticos

Muchos/as creen haber encontrado en las webs y servicios de traducción automática, con Google Translate a la cabeza, la octava maravilla del mundo. Al fin y al cabo, estos sitios ofrecen la tentadora posibilidad de traducir largos textos de un idioma a otro de forma instantánea y gratuita, por lo que en muchas ocasiones resultan de gran ayuda para traducir un término concreto o descubrir la idea general de un texto escrito en un idioma extranjero.

Sin embargo, a veces olvidamos que estos sistemas deben ser tomados como lo que son: programas automáticos que realizan sus traducciones de forma literal, sin tener en cuenta el contexto de una palabra dentro de una frase o su relación con los conceptos que le preceden y siguen, que pueden hacer que esta adquiera un significado u otro muy diferente dependiendo de cada caso. Ya sabes, todo eso que domina a las mil maravillas un traductor profesional (que por desgracia tiene la absurda manía de cobrar por sus servicios).

Esto da lugar a traducciones bastante cómicas (en las que es evidente que se ha hecho un “copia y pega” de un traductor automático), como las que puedes ver en el siguiente vídeo, o en las imágenes de este post, que nos ha inspirado para hacer este pequeño ejercicio de reflexión.

Moraleja: Si no quieres que te pase esto, ten siempre a mano el teléfono de un traductor profesional.

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